Marianita bonita color de café...

Otra vez, para Mr Kite


Anduve por las calles sin rumbo durante más de una hora, perdida entre las canciones al oído que hasta ahora han representando mi historia. Llegué sin darme cuenta al lugar que cada canción sugería, parecía que el orden de las canciones se confabulaba con el ritmo que suponen las calles y los lugares.

Crucé media ciudad con el frio en las mejillas, hasta llegar a aquel parque en el que sin pensarlo busqué la tercera banca frente a la canchita donde unos niños jugaban y me senté.

Alguien había pasado a mi lado dando un discurso del clima de los últimos días, podía oír sus pasos alejándose, las risas y la música flotando a pesar de mi notable ensimismamiento.

Recordé mis días junto a Darío. Sus palabras aun estaban guardadas en aquel lugar al igual que el eco de aquello que cantaba para mí.

La lluvia me sorprendió mirando el cielo, hubiera echado a correr para guarecerme del aguacero que se avecinaba, pero los recuerdos de tiempos mejores empezaban a hacer su efecto. Me temblaban las manos y las ideas.

No sé si era lluvia o un par de lágrimas que se confundían al caer, me ha movido en lo más profundo un recuerdo, impregnado de sueños a futuro, canciones perdidas, de tardes consumiéndose, de las nubes pasando lentamente.

Junté las manos para darme calor, o para pedir que apareciera por ahí, con ese andar que imito muy bien, o con ese movimiento en sus manos expresión de su nerviosismo. Pero no fue así.

Darío y yo estamos muy lejos de algo así, lejos de Vera, Chuk y Dave.

Darío y yo no coincidimos ni en tiempo ni en espacio… y solo hace eco “Marianita bonita color de café” que cantaba para mí.

1 comentarios:

labatterie dijo...

las risas y la música flotando a pesar de mi notable ensimismamiento?